Introducción

Se trata de una raza bovina autóctona, muy rústica, de gran sobriedad y con alta resistencia a la fatiga, utilizada para tiro y para la producción de carne. Presenta una cabeza de tamaño importante, con desarrollo de sus cuernos, y un perfil recto o subcóncavo. Tanto hembras como machos presentan cuernos, que suelen ser bien desarrollados, generalmente blancos, con el pitón acaramelado, y en forma de gancho o lira. La línea dorsolumbar es recta, así como la nalga. La vaca berrenda es profunda de costilla, con el tercio anterior muy desarrollado, como corresponde a una raza de trabajo. Muestra una capa blanca de base, que se tiñe de rojo desde la cabeza y en dirección a los costados (hasta algo menos de la mitad) sin cubrir pecho o lomo. El colorado también asciende por las patas, hasta la rodilla.

Son animales muy bien adaptados a utilizar recursos forrajeros limitados de baja o media calidad, y con capacidad para movilizar las reservas almacenadas en épocas de abundancia para aprovecharlas en periodos de escasez, expresando una excelente recuperación posterior a las fases negativas de escasa oferta forrajera. La gran dispersión geográfica de las ganaderías de raza Berrenda ha contribuido a su adaptación a muy diferentes agrosilvosistemas. Se la llega a considerar como “una cabra grande”, capaz de adentrarse en el monte para alimentarse de ramón y brotes de arbustos, y de aprovechar muy bien el alimento existente en los sistemas adehesados, mostrando en ambos espacios generosidad en nacimientos y leche. Además, la peculiaridad de su capa imprime una gran visibilidad y permite al ganadero localizarla tanto en las amplias llanuras adehesadas como en el espeso matorral mediterráneo.

Los machos tienen una altura en cruz de unos 143 cm de media, mientras que las hembras presentan 138 cm. El peso de los machos ronda los 900 kg, y el de las hembras los 550 kg.

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Las razas Berrendas comparten un mismo sistema de explotación y área geográfica, estando censada en Andalucía, Castilla y León, Castilla-La Mancha, Madrid y Extremadura.

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Sierras medias, Dehesas.

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

La gran dispersión geográfica de las ganaderías de raza Berrenda ha contribuido a su adaptación a muy diferentes ecosistemas. Se la llega a considerar como “una cabra grande”, capaz de adentrarse en el monte para alimentarse de ramón y brotes de arbustos, pero también de aprovechar muy bien el alimento existente en los sistemas agrosilvopastorales adehesados: unos ecosistemas típicos del suroeste de la península ibérica provenientes del aclarado del bosque mediterráneo para aprovechar leñas y maderas, la producción de los frutos y otras producciones de los árboles que lo conforman, y del pasto y otros recursos forrajeros que crecen en el estrato inferior, y que debido a numerosos factores, se acerca a un punto de degradación que puede ser irreversible.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

En la actualidad la raza Berrenda tiene una gran dispersión geográfica y cuenta con animales censados en las Comunidades de Andalucía (1500 hembras), Castilla y León (634 hembras), Castilla La Mancha (469 hembras), Madrid (244 hembras), y Extremadura (364 hembras). A pesar de la escasez de efectivos, es destacable el gran entusiasmo de los criadores, todos ellos muy implicados en la conservación y mejora del legado de la raza, que se ha materializado en los últimos años con la creación de Asociaciones de la Raza en las distintas áreas agroclimáticas donde está distribuida.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

Lo habitual es que las hembras se encuentren en régimen extensivo con aprovechamiento de pastos y abonado natural del terreno donde pastan. Los terneros destinados al cebo para la producción de carne suelen mantenerse en intensivo.
Respecto a la reproducción, en las explotaciones visitadas la monta es natural, y no hay separación ni segregación por sexo: durante todo el año vacas, terneros y toros permanecen juntos.

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

Su uso principal es para carne, ya que tiene buena infiltración de grasa en el magro por su rusticidad y alimentación natural, principalmente, con la producción de alimentos de dehesa. Se trabaja con 4 subcategorías de animales dentro de la raza: 1 – Añojo, 2 – Cebón, 3 – Buey, y 4 – Vaca.

Los platos más comunes derivados de este animal son embutidos como el chorizo o la longaniza, así como recetas más elaboradas: rabo de toro, caldereta, arroz con berrendo, carpaccio, steaktarta, croquetas, hamburguesas, etc. La conservación que se le aplica (el tiempo de maduración en cámara) conlleva que la carne sea de gran calidad. Los animales más jóvenes están en torno a los 40 días de maduración en cámara, y los animales adultos entorno a 80 días.

Sobre la comercialización, es frecuente la venta de los terneros a cebaderos en convencional; las madres adultas suelen venderse en ecológico, con destino en ocasiones al mundo musulmán.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

El origen de la raza Berrenda no es bien conocido, aunque las hipótesis apuntan a una ascendencia del Bos taurus desertorum, para la Berrenda en Colorado, y del Bos taurus ibericus, para la Berrenda en Negro. Su historia transcurre asociada a la cría extensiva para carne y a su utilización como animal de tiro, sin prácticamente cambios desde la descripción oficial de la raza.

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

Siempre se la ha considerado como una raza excelente de animales de tiro, tanto en la agricultura como en la minería, acarreando materiales desde las abundantes minas regionales hasta los puertos de exportación, debido especialmente a su temperamento dócil, tranquilo, a su facilidad de adiestramiento y superioridad motora. Culturalmente, su uso tienen gran arraigo ya no por lo ligada a la tradición taurina (se usaba como cabestraje para trasladar los animales debido al color del pelaje, para diferenciarlos), sino también por el uso en yuntas de carretas, especialmente de bueyes, que se ligan al folclore y a las manifestaciones festivas religiosas. En algunos pueblos todavía se hacen fiestas populares de suelta de bueyes por las calles de los mismos.

Como patrimonio material aún se conservan algunas carretas y aperos de labranza vinculados a su uso como animales de tiro. Además es un icono de la ligazón del animal a la tierra y, especialmente, a la dehesa.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

Según el Ministerio de Agricultura y Pesca del Gobierno de España, esta raza está catalogada como raza autóctona en peligro de extinción. Existen pocas ganaderías de esta raza aunque las que hay la tienen en muy buena consideración por sus características únicas, lo cual ha propiciado la realización esfuerzos encaminados a la conservación y mejora de forma conjunta de la raza.