Introducción

La uva Eva-Beba o Eva de Los Santos es una variedad de uva blanca- amarillenta, usada tanto para la producción de vino como uva de mesa. Otros nombres con los que se la conoce son: BEBA y BEBA DORADA. Tiene racimos de gran tamaño y muy compactos. Las uvas son redondas, de tamaño grande y de color verde amarillento. Tienen muy poca pepita, grano muy carnoso y escasa concentración de azúcar.

Las cepas son vigorosas, de porte rastrero y gran producción. Tienen hojas muy grandes y anchas, las cuales forman una especie de paraguas que protege al fruto de los rayos solares, inclementes en verano. Presenta una brotación y madurez media. Se desarrolla bien en terrenos pedregosos y también en los arcillosos, conviniéndole, sobre todo, los sitios ventilados y en ladera, con clima relativamente cálido. Es muy sensible a las bajas temperaturas y a la humedad en el momento de la floración, provocando fuertes corrimientos en el fruto, lo que le hace ser una variedad de oscilaciones en la producción de unos años a otros y siempre en función de las condiciones climatológicas. En cuanto a la resistencia a enfermedades y plagas, sufre el ataque del mildiu y de los insectos, pero es resistente al oidium.

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

La producción principal está en Los Santos de Maimona, dentro de la comarca de Zafra-Río Bodión (provincia de Badajoz), aunque en la vecina comarca de Sierra Grande- Tierra de Barros cada vez se está extendiendo más su producción.

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Llanos y penillanuras -secano-.

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

Los terrenos sobre los que crece son llanos o suavemente ondulados, sólo interrumpidos por alargadas lomas de escaso relieve (menos de 660 msnm de altitud) que corren de NO a SE, iniciándose en el cerro del Castillo y continuando por los Cerros de Resbala. Al sur de Los Santos de Maimona se erige la Sierra de San Cristóbal, que continua a lo largo del límite del término en dirección noroeste por la Sierra de Los Santos, y la Sierra los Olivos que, cruzada por el Arroyo Robledillo, continúa más al norte por la Sierra de Cabrera. Las tierras del llano son profundas y arcillosas, la mayoría de secano, exceptuando feraces huertas que rodean la población.

El clima es suave: mediterráneo continental, con inviernos cortos y veranos calurosos, precipitaciones escasas e irregulares y una elevada oscilación térmica. La red fluvial la constituyen pequeños arroyos que sufren estiaje total entre finales de la primavera y mediados del otoño. En todo el término predominan extensos viñedos y olivares sobre cualquier otro tipo de vegetación, como los pinares repoblados de las Sierras de San Cristóbal o El Castillo, o las escasas representaciones de dehesa y monte bajo que quedan en el Cerro de Cabrera y en las Dehesas del Moral, Los Chirrales y El Hornillo, estos últimos situados en la zona oeste del término, junto a los de Usagre e Hinojosa del Valle.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

Según la Orden/APA/1819/2007, como variedad vinífera aparece autorizada en Extremadura, y como uva de mesa está recomendada para todas las comunidades autónomas españolas.
En una uva que aparece en la Denominación de Origen Protegida de vinos Ribera del Guadiana, donde se registra un total de 3.504 hectáreas de producción. Hace más de 66 años se fundó la cooperativa Virgen de la Estrella en los Santos de Maimona, la cual destina su actividad a la uva Eva Beba y a la aceituna Morisca, donde reciben uva de 1600 hectáreas en producción dentro del término municipal de Los Santos de Maimona. La cooperativa cuenta con más de 300 socios con una media de 10 hectáreas por productor. Desde los años sesenta hasta principios del siglo XXI aumentó la producción y productores de esta variedad de uva, aunque actualmente denuncian un escaso relevo generacional perdiéndose oficios tan importantes como el de podador o podadora.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

El sistema de cultivo tradicional empleado en la zona ha sido siempre el secano, hecho que en cierta manera limita la producción, y con una formación de las vides en vaso: un sistema de conducción de porte bajo constituido por un tronco corto y un número variable de brazos (normalmente tres o cuatro) dispuestos en forma radial y que no tienen ningún tipo de soporte mecánico externo, lo que hace que la planta presente una disposición libre, natural y globosa en forma de arbusto. Empiezan la recogida de la uva la primera quincena de septiembre, aunque siempre puede existir variaciones en la fecha dependiendo de la climatología y la maduración de la uva.

Para la reproducción de las vides, algunos productores realizan una selección previa de las cepas más saludables, es decir, las más adaptadas y las menos vulnerables a las plaga, para la extracción de los sarmientos. Otros, compran las cepas ya injertadas a algunos viveros. Actualmente la Junta de Extremadura tiene un programa a través del cuál llega a acuerdos con algunos productores, para asegurarse la reproducción de la variedad en viveros propios. Los injertos los hacen de dos tipos según preferencias, en yema, que se hacen en agosto, o en púa, en invierno.

En cuanto a la gestión de los residuos en la producción de vino, hay mucha variación según productores: algunos que se llevan los residuos de la uva y los entregan a las alcoholeras de la zona para que estás lo destilen y produzcan alcohol; otros, tienen acuerdos con los ganaderos de la zona y se los retiran para la alimentación de cerdos y vacas en una época que normalmente presenta una escasa disponibilidad de pastos.

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

El uso gastronómico e histórico de esta uva ha sido el de consumo en mesa debido a las inmejorables cualidades del fruto. Actualmente este consumo directo está en decadencia y la mayoría de la uva se utiliza para elaborar vinos frescos y afrutados de baja graduación, debido al escaso contenido en azúcar de la uva, muy valorados.

Hasta no hace mucho tiempo, casi en todas las casa se elaboraba vino de cosecha propia para el consumo familiar, tradición que cada vez está más olvidada y en desuso y solo mantienen algunos productores, que reservan parte de su producción para su elaboración siguiendo las técnicas tradicionales, y venta directa.

Por otro lado y de manera tradicional, con los residuos de la elaboración del vino (piel, pepitas y racimo), se ha elaborado aguardiente o alcohol para aumentar la graduación de otros vinos o brandis. Sobre el consumo, la Cooperativa Virgen de la Estrella se encarga de la distribución del producto. Según datos aportados, embotellan el 10% de la producción, y el resto lo venden a granel a Italia, Alemania, Francia y Portugal, donde la incorporan a sus vinos buscando la calidad que les ofrece esta uva. El que esté la variedad amparada por la DOP Ribera del Guadiana, fomenta sin duda su producción y consumo.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

Se ha constatado la presencia del vino en Extremadura desde hace 2600 años, introducido por los fenicios. Según atestiguan los restos arqueológicos, los celtíberos y tartésicos lo consumían, aunque se populariza en época romana, alcanzando el cultivo de la vid y la producción de vino un desarrollo importante. A Roma llegaban vinos de todas las provincias del imperio, también la de aquella cuya capital era Emérita Augusta. Las invasiones visigodas y, sobre todo, la conversión de la población a la religión cristiana, realza el prestigio del vino al convertirlo en uno de los elementos esenciales del sacrificio de la misma, pero como un producto de las élites. Durante la época medieval, tanto en la etapa musulmana como cristiana, siguen existiendo viñas así como la certeza del consumo tanto de uva como de vino. En la Edad Media, existían ya disposiciones para regular la plantación de viñas, protección, cercado, época de recolección, transformación del vino y venta. Documentos encontrados en el Monasterio de Guadalupe, describen incluso una extensa catalogación de vinos realizados allí: vino tinto para raciones, vino claro, vino blanco de comunidad, vino de compaña y vinagre. La expansión del viñedo extremeño es relativamente importante desde principios del S XVI, y parece que mantuvo una tendencia alcista hasta mediados del S XVII, proceso favorecido por el aumento de la demanda y consiguientemente del precio del vino.

Con respecto a la variedad en concreto, todo comienza con la llegada de Don Ezequiel Fernández Santana a Los Santos de Maimona en el año 1908 . Conocido como «el cura de Los Santos», su figura fue más allá del ámbito religioso, alcanzando un gran protagonismo en el mundo agrario de la zona. La creación y nacimiento de la uva Eva-Beba de Los Santos fue una de las grandes ideas innovadoras de D. Ezequiel para la reconstitución de los viñedos tras el ataque que estos sufrieron por parte de diferentes plagas dentro del el término de Los Santos durante las dos primeras décadas del pasado siglo. Fue este personaje reconocido en todo el municipio de los Santos de Maimona y alrededores, quién trajo a la zona los sarmientos de esta variedad, los cuales se injertaron sobre cepas resistente, y, en el proceso de adaptación de la variedad, surgió este ecotipo. Además de incorporar esta variedad en la zona, impulsó una cierta reforma agraria, ya que realizó un reparto de tierras y fundó una caja de ahorros en la localidad, lo cuál ofreció la posibilidad a los vecinos de solicitar microcréditos e incorporarse a la actividad agraria desde un rol de productor y no sólo desde la autosuficiencia. El origen de esta uva es que estaba destinado al consumo de mesa, y fue una de las uvas más apreciadas en toda España y en los mercados centroeuropeos. Sin embargo el cambio de enfoque para vender la mayoría de la producción a granel para elaborar vinos, ha supuesto para el pueblo un gran desarrollo económico.

Según la información obtenida de distintas fuentes, la calidad de la uva casi no ha variado: el agricultor tiene arraigada la fama alcanzada de esta uva por su calidad como uva de mesa, por lo tanto, les parece un sacrilegio si esta fama descendiera, por ello mantienen su calidad a toda costa como una especie de signo de identidad tanto de la uva como de los productores. Sin embargo, hay que comentar que originariamente la productividad de las vides era mucho menor, ya que las técnicas de cultivo no estaban tan evolucionadas, y esto, de alguna forma, es posible que repercuta de alguna forma en la calidad de la uva. En cuanto a la técnica de elaboración de vino, hay que señalar que lo que se ha modificado sobre todo son las tinajas donde antes se almacenaba el vino, que eran de barro y ahora son de acero inoxidable.

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

Como uno de los patrimonios materiales de la zona en torno a este fruto, nos encontramos con muchas tinajas de barro donde acumulaban el vino familiar para todo el año, en algunos casos incluso para la venta. También se conservan aún en algunas casas los espacios destinados al almacenamiento de las tinajas, las llamadas «bodegas», donde las oscilaciones de temperatura son mínimas. En la actualidad, en la localidad de los Santos de Maimona, realizan en agosto la fiesta de la vendimia, donde celebran y agradecen la cosecha de las uvas más comúnmente cultivadas en la zona.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

Actualmente, los viñedos destinados a la produción de vino con esta variedad de uva no se encuentran en peligro de extinción, aunque como ya se ha citado, no se da el relevo generacional suficiente para perpetuar las técnicas tradicionales de cultivo. Sin embargo, hay que señalar que la producción de uva Eva-Beba como uva de mesa (su función originaria) está desapareciendo hasta el punto de sólo quedar un productor que las destine para tal fin.