Introducción

Tolerante al calor y a la sequía, es una uva de calibre mediano, forma esférica y color verde amarillento. La piel es delgada y la pulpa, incolora. Es una cepa de porte erguido, sarmiento largo, fuerte y muy ramificado, y brotación, floración y madurez, tardía lo que genera gran cantidad de azúcar en el mosto. Presenta un vigor medio y una producción alta. Su alta fertilidad obliga a practicar poda corta. La variedad alarije tiene una hoja delgada, por lo que es susceptible de sufrir más las enfermedades de hongos (mildiu) que otras variedades con hojas de mayor grosor. Es muy parecida a la variedad tempranillo, y se usa para vinificación casi exclusivamente, sobre todo, de pitarra, ya que presenta poco color.

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Es particularmente abundante en Cañamero (comarca de Villuercas- Ibores-Jara), donde tres cuartas partes de los viñedos son de este tipo de uva. También se encuentra en zonas de sierra de la comarca Sierra de Montánchez-Tamuja.

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Sierras medias.

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

La comarca de las Villuercas-Ibores-Jara está situada entre el río Tajo y el Guadiana, en el sureste cacereño. De orografía montañosa, cuya altura máxima es el pico Villuercas (1601 m), presenta gran diversidad de ecosistemas: crestas cuacíticas de vegetación xerófila, bosques caducifolios bien conservados (castañares, rebollares y robledales) en las zonas más agrestes de media montaña, alcornocales a media ladera, encinas en las zonas bajas adehesadas, salpicados de cultivos de montaña (olivo, cerezo o castaño). Donde el suelo es escaso dominan la jara y el brezo, y más arriba aún, arraclanes y enebros. Son frecuentes las a veces extensas pedreras de cuarcitas fragmentadas descolgándose de las cumbres. Lo agreste y frondoso de sus laderas, la abundancia de agua y la baja densidad de poblamientos humanos, como en el caso anterior, hacen de esta comarca una zona especialmente interesante para las especies silvestres de caza mayor, como el jabalí, el ciervo, el corzo, etc. Cañamero presenta una altitud de 800 m y una pluviometría de 1200 mm anuales, formando un microclima muy especial para el desarrollo de la vid. Los veranos son calurosos de día y frescos por la noche, una situación optima para una maduración perfecta de la uva ya que van madurando lentamente. Los suelos son arenosos y pobres pero adecuados para conseguir uva de calidad, aunque los rendimientos son muy bajos. El río Ruecas, afluente del Guadiana, forma el valle en el que se asienta el pueblo.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

La extensión del cultivo de esta variedad se mantiene en la actualidad. La variedad Alarije está adscrita a la DOP Ribera del Guadiana, que registra 1.097 hectáreas dedicadas a su cultivo.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

El sistema de cultivo tradicionalmente empleado ha sido siempre el secano y en vaso: un sistema de conducción de porte bajo constituido por un tronco corto y un número variable de brazos (normalmente tres o cuatro) dispuestos en forma radial y que no tienen ningún tipo de soporte mecánico externo, lo que hace que la planta presente una disposición libre, natural y globosa en forma de arbusto. Suelen ser explotaciones pequeñas debido a la pobreza de los suelos y al cultivo en vaso. La recogida empieza a finales de septiembre debido a su maduración tardía.

Se reproducen por estacas o injertos. En la escala comercial, lo más usado son las estacas, que son fragmentos de tallos que se separan para obtener nuevas plantas. Se siembran a una distancia de dos a tres metros. Más adelante se podan todos los brotes excepto el más vigoroso, que se recorta de modo que sólo queden dos o tres yemas. La planta que se obtiene forma un tallo principal fuerte, semejante a un tronco pequeño. Cuando crece, la vid se amarra a un tutor o guía de dos metros de alto. Cuando aparece la fruta, se poda con cuidado para reducir el número de yemas, de manera que los brotes restantes formen uvas de mejor calidad.

Respecto a la gestión de los residuos, los raspones de los racimos se acumulan y se llevan a ganaderías de caprino aledañas, que hacen aprovechamiento óptimo de ellos.

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

El 100% del uso de la uva Alarije se destina a la producción de vino de pitarra, junto con otras uvas, dado que proporciona poco color. Estos vinos suelen ser de consumo diario, previos a la comida o cena, o acompañando a las mismas.
El tradicional método de elaborar vinos extremeños que consiste en despalillar los racimos, estrujarlos, recoger el escurrido bien de forma estática o bien de forma dinámica, hacer una primera fermentación alcohólica y, posteriormente, hacer la fermentación maloláctica, que suaviza y mejora el vino. Otro método de obtención de vino es la maceración carbónica o vino de cosecha, que consiste en encubar directamente las uvas enteras, de forma que mediante un aporte inicial de gas carbónico se acelera el proceso de fermentación alcanzando una graduación de 3 o 4 grados de alcohol, y, a partir de ese momento, cuando ya no quedan bayas enteras, el proceso es similar al tradicional.

Se distribuye a nivel nacional, generalmente, ya embotellado (no se vende a granel) y sobre todo en Extremadura, Andalucía, Madrid y Cataluña.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

Se ha constatado la presencia del vino en Extremadura desde hace 2600 años, introducido por los fenicios. Según atestiguan los restos arqueológicos, los celtíberos y tartésicos lo consumían, aunque se populariza en época romana, alcanzando el cultivo de la vid y la producción de vino un desarrollo importante. A Roma llegaban vinos de todas las provincias del imperio, también la de aquella cuya capital era Emérita Augusta. Las invasiones visigodas y, sobre todo, la conversión de la población a la religión cristiana, realza el prestigio del vino al convertirlo en uno de los elementos esenciales del sacrificio de la misma, pero como un producto de las élites. Durante la época medieval, tanto en la etapa musulmana como cristiana, siguen existiendo viñas así como la certeza del consumo tanto de uva como de vino. En la Edad Media, existían ya disposiciones para regular la plantación de viñas, protección, cercado, época de recolección, transformación del vino y venta. Documentos encontrados en el Monasterio de Guadalupe, describen incluso una extensa catalogación de vinos realizados allí: vino tinto para raciones, vino claro, vino blanco de comunidad, vino de compaña y vinagre. La expansión del viñedo extremeño es relativamente importante desde principios del S XVI, y parece que mantuvo una tendencia alcista hasta mediados del S XVII, proceso favorecido por el aumento de la demanda y consiguientemente del precio del vino.

Alarije es una de las variedades que se cultivan desde más antiguo en España, y parece tener su origen en tierras extremeñas. Su primera referencia escrita, el Libro de Oficios del Real Monasterio de Santa María de Guadalupe de 1448, donde se describe la cepa como la principal de la zona. Posteriormente, en «Agricultura general» (1513), Alonso de Herrera realiza una nueva aproximación, aunque probablemente se refiriese a la subvariedad denominada «colorá» -como la llaman los viticultores de la localidad madrileña de Valdilecha- o «rojal» -en la riojana Cenicero o la alavesa Laguardia-. En la zona de Cañamero se tiene registrado su uso para la elaboración de vinos de pitarra desde 1870.

No ha habido una evolución del producto ni de la recolección, pero sí se ha mecanizado el proceso de vinificación.

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

Como elementos patrimoniales aún se conserva, más como elementos etnográficos que de trabajo, todo tipo de utillaje antiguo de vinificación.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

Es una variedad vinculada por completo a la elaboración de vino de pitarra, pero el mercado busca hoy en día colores muy intensos en los tintos, por ejemplo, cosa que la Alarije no proporciona. Así, el consumo del vino de esta uva va quedando cada vez más relegado a los hogares, y desapareciendo de los establecimientos especializados.