Introducción

Garbanzo con dos variedades, Pedrosillano y Castellano, de pequeño tamaño, piel fina que no se desprende en la coccion y gran sabor. Si hubo alguna variedad propia en la zona, no hay registro de ella, aunque la calidad organoléptica del producto viene dada de forma unánime por el tipo de suelo de las zonas del término municipal donde se cultiva, bajas en yeso.

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Zonas específicas del término municipal de Valencia del Ventoso, dentro de la comarca de Zafra-Río Bodión (provincia de Badajoz).

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Llanos y penillanuras -secano-.

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

Valencia del Ventoso se localiza en el borde meridional de la comarca de Zafra – Río Bodión, ya en plenas estribaciones de las sierras del sur de Badajoz, sobre un terreno cubierto de dehesa y monte bajo. La zona destaca por ser el encuentro entre la sierra y el llano, complementarios en sus producciones: ganados en las dehesas de la parte noroeste y cereales, vides y olivos en las tierras de campiña del sureste. La tierra es arcillosa y muy fértil, rojiza como la de la comarca vecina de Tierra de Barros. El clima seco y con altas temperaturas en verano que presenta la zona es óptimo para el cultivo del garbanzo. El municipio, a pesar de la climatología dura, tiene multitud de fuentes de agua.

La singularidad del garbanzo no viene por la variedad en sí, sino por el hecho de cultivarse en unas zonas determinadas del término municipal que se han ido seleccionando a lo largo de los años.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

El número de productores es relativamente estable, con alguna incorporación en la actualidad debido a un aumento de la venta. No obstante, la mayoría supera los 50 años, y por el despoblamiento rural generalizado, no se prevé un relevo generacional suficiente. Se está intentando adscribir el producto a algún tipo de certificación, como IGP. En la actualidad se plantan en torno a 1000 hectáreas al año. No existe comunidad de productores, aunque recientemente están intentando organizarse.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

El garbanzo se cultiva en secano (según un dicho popular, «sólo necesitan agua al sembrarse y al cocerse»). La siembra se realiza en febrero o marzo, dependiendo de la climatología, a surco vertido: en un surco se siembran garbanzos con la mano, uno a uno, y el otro surco sirve para enterrar el anterior. La mayor parte de productores no utilizan herbicidas y otros productos químicos para conservar la calidad organoléptica. Es un garbanzo muy resistente a plagas salvo si se adelanta su siembra: si se planta dos años seguidos en el mismo lugar suele ser más débil ante ellas El «salitre» que incorpora la planta a sus tejidos la hace menos apetecible a los animales, sirviendo de protección natural frente a la depredación.

La recogida es en julio; posteriormente, se trillan, ventean y criban, y lo frecuente es que esto se haga de forma manual y de forma tradicional). Tras el trillado suele dejarse amontonado, con la misma paja, permitiendo que el producto absorba el «salitre» de la planta, mejorando así su sabor.

Se suele esperar de tres a cuatro años (preferentemente 4-5) para volver sembrar de garbanzos una misma parcela. La semilla se mantiene y selecciona durante algunos años, «renovándola» con semilla comercial cada cierto tiempo.
No se queman los restos de la cosecha, se empacan en alpacas que se utilizan para alimentación animal.

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

Puede utilizarse para todo tipo de guisos y platos, y es frecuente encontrarlos en ensaladas veraniegas, aunque el principal plato que encontramos asociado al garbanzo es el cocido, donde muestra toda su calidad organoléptica. La receta tradicional en Valencia del Ventoso incluye garbanzos, un pedazo de jamón ibérico y hueso, un trozo de tocino fresco de cerdo ibérico, un trocito de tocino añejo de cerdo ibérico, pechuga con su carcasa de gallina de campo, unos trozos de hueso fresco de espinazo de cerdo ibérico, un trozo de carne de cordero extremeño, un trozo de ternera de Extremadura, chorizo y morcilla de la matanza, dos patatas medianas, agua de la Fuente de Abajo y sal. La noche anterior se ponen los garbanzos en remojo con agua templada y un poco de sal. Al día siguiente, se lavan y escurren los garbanzos y se ponen a cocer en una olla. Al poco de cocer, cuando se observe que se les abre un poco el pico a los garbanzos, se añaden el tocino fresco y el añejo, la gallina, los huesos de espinazo y de jamón, el pedacito de jamón, el trozo de cordero y el trozo de ternera. Se deja cocer todo a fuego medio hasta que las presas y los garbanzos estén tiernos; después se añaden las patatas cortadas, la sal y se deja cocer un poco más. Mientras, aparte, se cuecen el chorizo y la morcilla hasta que suelten la pringue y, unos minutos antes de apartar los garbanzos del fuego, se echan en la olla.

El producto se vende en toda Extremadura, aunque más en la comarca, puesto que los mismos productores se encargan de hacer la venta directa, al no haber cooperativa propia. Varios productores venden a través de la cooperativa de vino y aceituna, y últimamente, se está vendiendo también por internet.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

Organolépticamente no se ha percibido una evolución en el producto, aunque sí ha habido un cambio en la preferencia de cultivo de las variedades: se empezó con el Castellano, y en los últimos 30 años ha cobrado mayor protagonismo el Pedrosillano. En cuanto a la técnica de producción, la mayor parte de los productores han mecanizado la siembra, recogida y criba, aunque algunos siguen haciéndolo de forma manual.

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

La narrativa popular aporta información acerca de la antiguedad del cultivo en el municipio. Hay tradición oral de que los garbanzos de Valencia del Ventoso se servían en la corte de Carlos III, y que el propio monarca francés Luis XIV, desde que los probó, exigió que los garbanzos que se le sirvieran fueran de este municipio. En el siglo XIX hay documentación registrada en el Monasterio de Agua Santa (Jerez de los Caballeros, Badajoz) donde aparece por escrito la calidad del producto y su vinculación al lugar. En la actualidad tanto en la comarca como en la comunidad autónoma está muy extendida la tradición de calidad del garbanzo cultivado en Valencia del Ventoso.

Desde los años 80 del siglo pasado, se celebra en el municipio, en la primera quincena de agosto de forma general, un concurso gastronómico con el cocido como protagonista, con ambientación tradicional y, últimamente, con una feria asociada.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

En la actualidad no está en peligro de desaparición, pues su cultivo se mantiene estable. No obstante, el futuro es incierto, por la precariedad laboral en el ámbito agrario y la falta de relevo generacional.