Introducción

La floreta, denominada también flor frita, es un dulce o, como se decía antes, «fruta de sartén» con una forma similar a la de la Cruz de Calatrava: una cruz de cuatro brazos iguales, con flores de lis en sus extremos. Sus dimensiones oscilan entre los 12 y 15 cm de diámetro y de 5 a 8 cm de alto, aunque también las hay «gigantes» que se producen en algunos pueblos del norte de Cáceres como es en la zona de Coria y alrededores. Sus ingredientes básicos son harina de trigo y abundante huevo, más el azúcar o la miel que hacen de cobertura final. Según el gusto, la masa puede llevar leche o aromatizarse con anís.

Territorio de producción

ORIGEN

Indígena.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Es un producto tradicionalmente elaborado en gran parte de Extremadura, especialmente en el ámbito rural, pero que también está presente en la tradición culinaria de otras regiones de España y de Latinoamérica, aunque con algunas variaciones.

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Indiferente..

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

Extremadura tiene un clima mediterráneo con cierto sesgo continental, con inviernos frescos y normalmente algo más húmedos y con veranos cálidos y secos. Esta sequedad del ambiente durante la mayor parte del año quizá haya motivado que la repostería tradicional extremeña tienda a la elaboración de dulces con masas fritas que conservan sus cualidades organolépticas con el paso del tiempo mejor que las masas abizcochadas.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

Normalmente la producción es casera y familiar y durante todo el año, pues es un dulce muy tradicional y muy bien valorado. Hoy día existen desde pequeños obradores hasta fábricas de dulces que las elaboran y comercializan, incluidos algunos conventos de monjas.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

Las flores se elaboran con un molde de hierro que les confiere su forma barroca característica. El molde se calienta en aceite hirviendo y, tras ello, se remoja en la masa que, al meterse después en el aceite, se fríe mientras sigue adherida al molde. Cuando están doradas, se sacan y dejan enfriar, para despegarlas del molde cuando están templadas. A veces se rematan las flores, ya fuera del molde, devolviéndolas a la sartén y dorándolas. Finalmente, se espolvorean o rebozan en azúcar, o, en algunas ocasiones, en miel.

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

Las flores se utilizan como dulce tradicional, al igual que el pestiño o gañote, en las meriendas por la tarde con el café de sobremesa, en la mañana como desayuno, es muy versátil y sabrosa y se puede consumir a cualquier hora del día. Era tradicional de Semana Santa pero hoy día se consume a lo largo de todo el año.

La distribución de las floretas abarca muchos ámbitos, desde la producción familiar para autoconsumo hasta cierta industrialización o mecanización del proceso que, en esencia, sigue la pauta artesanal y permite que se comercialice y distribuya por toda Extremadura, pudiéndose encontrar en muchas pastelerías y panaderías de la región.

Depende de la época del año se produce mas o menos dependiendo mucho de las fiestas de los pueblos, que es cuando mas se produce y consume.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

El origen de este dulce estaría en la provincia de Ciudad Real, en concreto en el municipio de Calzada de Calatrava, en donde surgió la denominada Orden de Calatrava, formada en su mayor parte por monjes, y estructurada militarmente, a cuyo símbolo recuerda el molde que se usa para su elaboración. Como casi todos los platos de la gastronomía extremeña, este dulce se prepara con muy pocos ingredientes y todos ellos muy básicos. La receta no ha cambiado desde que se descubriera

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

El hecho de tener su origen en una orden religiosa hace que este dulce fuera tradicionalmente consumido en Semana Santa, aunque ya se ha extendido al el resto del año. Como ocurre con otros dulces, también se hacen en Navidad, las festividades de cada pueblo, así como en las celebraciones y rituales como la bodas y matanzas del cerdo.

Para su elaboración se necesita un molde especial hecho de hierro que se puede encontrar en la mayoría de las ferreterías de Extremadura y Castilla La-Mancha.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

No es un producto cuya producción y consumo se detecte peligro de desaparición, a pesar de ser un dulce muy antiguo y que se esté dejando de fabricar paulatinamente en las casas porque ya no hay relevo generacional, puesto que hay obradores de dulces y panaderías que las hacen y venden con normalidad como seña de identidad extremeña.