Introducción

Es una raza dócil, de gran rusticidad y adaptabilidad a condiciones extrema. La cabra retinta se caracteriza por tener una capa uniforme de color rojo con variaciones desde el rojo al caoba, con predomino del retinto. La cabeza es de buen tamaño, con hocico amplio y grueso. En los machos predominan los cuernos en forma de espiral o tirabuzón (tipo Prisca, aunque no muy desarrollados), al igual que en las hembras en la zona norte (provincia de Cáceres); en la zona sur (provincia de Badajoz), los cuernos más frecuentes son en forma de arco (tipo Aegagrus). Las orejas son largas y el cuello es largo y amplio de base. Por su parte, el tronco es amplio, tiene una línea dorso-lumbar recta y ligeramente ascendente hacia la grupa. Asimismo, es casi generalizada la presencia de mamellas bajo la garganta en ambos sexos. Las hembras adultas pesan una media de 45 kg y los machos 80 kg. Tiene unas lactaciones completas de 200-300 días (40 criando al cabrito aproximadamente) que producen unos 250 litros de leche. En condiciones de semiestabulación puede llegar a los 350-400 litros. Si bien no producen gran cantidad de leche o carne, destacan por su calidad, así como por su alta prolificidad: un 70% de los partos son gemelares.

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Derivada de la cabra salvaje prehistórica (Capra aegagrus), la cabra retinta está presente en las llanuras centrales y las sierras meridionales de Extremadura, en ambas provincias, aunque de forma irregular.

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Sierras medias, Dehesas.

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

Está vinculada principalmente a las zonas adehesadas, unos ecosistemas típicos del suroeste de la península ibérica provenientes del aclarado del bosque mediterráneo para aprovechar leñas y maderas, la producción de los frutos y otras producciones de los árboles que lo conforman, y del pasto y otros recursos forrajeros que crecen en el estrato inferior, y que debido a numerosos factores, se acerca a un punto de degradación que puede ser irreversible. Las zonas de sierra tradicionalmente se han dedicado a la explotación ganadera de caprino y cerdo ibérico.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

Hace unos años la población caprina Retinta se repartía por las dos provincias extremeñas, aunque de forma irregular, principalmente en Las Vegas de Coria y Moraleja (Cáceres) y en Jerez de los Caballeros y Zahínos (Badajoz). En 1982 esta raza tenía registrados 15.818 animales de los cuales 12.339 eran hembras reproductoras (Esteban y Tejón, 1985), mientras que en 1998 (Pallarés) se contaban 4.500 cabezas. Actualmente, la mayor parte de la cabaña ganadera está en la provincia de Badajoz, aunque hay una ganadería en Cáceres y ha surgido una nueva en León. A pesar de ser una de las razas autorizadas en la DOP Queso de Ibores, según datos de la Junta de Extremadura, su número se ha reducido drásticamente, hasta los 2.077 ejemplares en 2016 distribuidos en 8 rebaños. En mayo de 2018 hay censados en la Asociación de Criadores de Cabra Retinta 1.864 ejemplares.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

Tradicionalmente se ha explotado como ganadería extensiva en régimen de trasterminancia, pasando la mayor parte del año en tierras bajas de la dehesa extremeña y riberas del centro de la región, y desplazándose durante el verano a los pastos frescos de las serranías próximas. La mayor parte del censo se encuentra en rebaños de más de 150 cabras. Se explota para la producción de carne y leche, sobre todo a partir del cabrito, con pesos vivos de 8 a 10 kg. También se puede obtener de ella cuero.

Para la formación de nuevos rebaños se ha recurrido entre otras líneas a la compra directa de ejemplares de criados en un centro de investigación regional, aunque también a la compra-venta de ejemplares de otros ganaderos en ferias y similar. Una vez está adquirido el rebaño, los ganaderos suelen seleccionar ellos mismos a los ejemplares reproductores para potenciar las características de la raza.

En los sistemas extensivos característicos de la dehesa la producción de residuos derivados directamente de la cría es casi nula. El reciclado de excrementos pasa al suelo en forma de nutrientes de manera natural. En las queserías el suero suele reutilizarse para alimentación animal y, en escasas ocasiones, alimentación humana.

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

Cabra con doble aptitud, cárnica y lechera. A pesar de no ser especialmente productiva para ninguna de las dos, la calidad de su carne y su leche hace que los productos procesados que se producen de ella tengan gran calidad organoléptica. En la actualidad hay varias queserías que trabajan con su leche de forma exclusiva o combinándola con leche de cabra verata.

La carne, la leche y los productos procesados se distribuyen y consumen de forma nacional, si bien es cierto que suelen estar más vinculados a canales comarcales o regionales. La mayor parte de ganaderos vende a un comprador que luego lo distribuye como intermediario, mientras que los productos elaborados suelen tener más venta directa al público.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

La raza no ha variado a lo largo del tiempo, y muestra las características descritas desde antaño de forma ininterrumpida. Sí han variado las técnicas vinculadas a la producción tanto de leche como de procesado de la carne, mecanizándose los procesos de ordeño e incluso de despiece de las canales de carne.

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

La cabra fue uno de los primeros animales (y el primer rumiente) domesticados por el hombre para la obtención de carne, leche, piel y fibra. Se estima que el proceso de domesticación comenzó hace unos 10.000 años, probablemente, en las laderas de las regiones del suroeste de Asia, en las montañas de Zargos, lo que corresponde hoy en día a la frontera entre Irán e Irak.

La raza caprina Retinta Extremeña es muy antigua y procede del cruzamiento del tronco alpino y del pirenaico, derivados de la cabra salvaje prehistórica (Capra aegagrus). En zonas de sierra de Cáceres y Badajoz, de gran pobreza y escasez de recursos, la cabra estaba totalmente vinculada a la subsistencia de las familias, siendo elemento clave de la economía rural y estando integrada dentro de la cultura tradicional. No se concibe la sierra extremeña sin la cabra, siendo fuente de leche, carne, cuajo para quesos (como en la DOP Queso de Ibores) y elemento vivo del paisaje.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

Alto riesgo de desaparición: el número de cabezas registradas disminuye de forma paulatina, y las ganaderías que hay tienen dificultades con el relevo generacional y con las tan rotundas como inapropiadas medidas de gestión que impone la administración pública regional para el control de la tuberculosis. Está catalogada como especie en peligro de extinción.