Introducción

El alberchiguero es una variedad antigua de albaricoque frecuente en Extremadura. Es un árbol robusto, de hojas amplias, redondeadas, con bordes dentados y que, por lo general, tienden a ser rojas, y flores blancas con los bordes rojos. Su fruto, el albérchigo o albérchiga, es un melocotón de pequeño tamaño, con piel de tacto delicado, color blanco con tintes rosados, y pulpa de poca carne, blanquecina y muy sabrosa, con un punto ácido al paladar. El hueso es liso, con forma de almendra y, generalmente, amarga.

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Todavía presente en huertos de las áreas rurales serranas de Extremadura.

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Montaña (>1000 m.), Sierras medias.

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

El albérchigo sobrevive aún en pequeñas huertas familiares vinculadas a los cascos urbanos de los pueblos extremeños de ámbito serrano. Se trata de terrenos profundos y fértiles que, si mantienen cierta humedad, aunque estén abandonados, permiten su subsistencia o, al menos, retrasan su progresivo deterioro.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

El volumen de producción de esta variedad es escasa, ya que se trata de un frutal que se presenta de manera esporádica y dispersa por la región.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

Es un árbol que aparece en las huertas en asociación con otros como pueden ser los olivos, membrillos e higueras. La poda se realiza en los meses de enero y febrero, repartiéndose luego la ceniza procedente de la quema por la huerta, y el abonado, normalmente con estiércol, en primavera. En algunos casos se encalan los troncos para que no sufran tanto por la acción directa del sol o le ataquen las hormigas y otros insectos. En cuanto a enfermedades, hay que señalar que son sensibles a las causadas por hongos (oídio, podredumbre de raíces, negrilla, botritis, mildiu) y a la araña roja.

La multiplicación del árbol suele hacerse por esquejes e injertos, en su mayoría hechos por los propios agricultores.
La recolecta del albérchigo se hace a partir de septiembre y hasta mediados de octubre si no hay heladas, granizadas o lluvias intensas. Se hace de manera manual y seleccionando el grado de madurez (de acidez o amargor) deseado en el fruto. La época de maduración depende del territorio, y por lo tanto de las condiciones climáticas particulares, donde se encuentra.

 

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

Los usos gastronómicos son variados. En primer lugar y el más directo es su consumo en fresco. En segundo lugar, su consumo en seco a lo largo de todo el año, para lo cual el fruto se corta al completo en forma de espiral y se pone sobre una cuerda al sol durante unos días, o sobre unos tableros. Por otro lado, y es uno de los consumos que implican transformación más extendidos, es el de conservarlos en almíbar. Para ello, se cortan en trozos grandes, se meten en botes de cristal y se llenan de almíbar preparado con base de agua y azúcar. Posteriormente se cierran y cuecen al baño maría, para que se conserven durante incluso más de un año y, especialmente, en los meses de invierno y primavera, donde otras frutas escasean.

Por último, también se prepara una bebida a base de este fruto que llaman albérchigos en aguardiente: se hierve agua, y se echan los albérchigos, donde permanecerán por más de dos horas. Posteriormente, se elabora un almíbar que se incorpora al agua, y se deja reposar durante un día completo. Al día siguiente se pone a fuego medio durante unos 30 minutos, hasta que hiervan en el almíbar. Tras dejarlo enfriar, se meten en aguardiente mezclado con un poco de canela. En algunos lugares retiran el fruto y solo meten el líquido resultante de la cocción, en otros dejan el fruto como un fruto borracho que comerán a la vez que beben.

El consumo es familiar y en caso de darse la distribución es entre vecinos y familiares a modo de regalo y/o intercambio.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

El albérchigo ha supuesto históricamente un recurso alimenticio importante ya que el acceso a ciertas frutas no era posible dada la climatología del lugar. El producto sigue siendo el original, ya que hablamos de árboles antiguos con un ciclo productivo extenso. Sin embargo, hace unos años, la industria agroalimentaria ha sacado una variedad de melocotón blanco que en nada se asemeja su sabor, con carne arenosa y un tamaño tres veces más grande, debido a su cultivo en regadío extensivo.

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

Es un fruto que ocupa un lugar importante en la memoria colectiva de los vecinos de las localidades que se han visitado para la investigación, al sur de Extremadura, y que ha acompañado a las personas mayores desde su infancia hasta su vejez.
En la localidad de Segura de León, era tradición llevar la mejor selección de este fruto a la fiesta del Cristo, donde se hacía una subasta y se pujaba por el mejor.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

Con el aumento de los años secos que hemos tenido en esta última década, muchos de los pocos árboles que aún quedan de este fruto han sufrido mucho y algunos no se han recuperado. Por otro lado, la amplia y variada oferta de fruta que existe hoy en los mercados, así como el éxodo rural tan importante en Extremadura, han provocado una desatención de las tierras y sus cultivos, por lo que se puede afirmar que el riesgo de desaparición de este fruto es una realidad.