Introducción

De gran rusticidad y triple aptitud (cárnica, lechera y de lana), es una raza de perfil recto, eumétrico y de proporciones medias, aunque con frecuencia se presentan variaciones en estos caracteres: así, en los machos, el perfil es subconvexo, a veces, con tendencia a la convexidad, y, por otra parte, algunas estirpes, ciertamente valoradas en España por sus buenas aptitudes para la producción de carne, adoptan formas longilíneas. La capa es monocolor, en este caso, blanco, pero debido a la presencia de la suarda, puede tomar colores de las partículas del ambiente y terreno donde convive. El peso de los machos ronda los 100 kg, mientras que las hembras pesan unos 80 kg. Las hembras son generalemnte acornes, e igualmente existen muchos machos sin presencia de cuernos. Los cuernos, si los hay, presentan estructura piramidal bien desarrollada y se enroscan en espiral, bien separados de la cara. No existe frecuencia genética estudiada.

De alta especialidad para la producción de lana, la raza Merina se caracteriza por disponer de un vellón de características especiales, tanto en lo relacionado con la amplia extensión (que llega a cubrir todo el cuerpo) como con la excelente finura, rizado y otras particularidades de la fibra, que hacen que la lana sea el elemento diferenciador más determinante respecto a otras razas.

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona.

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Presente en todo el mundo, en la península se distribuye de forma irregular, aunque es muy frecuente en los paisajes adehesados y aprovechando las rastrojeras de las llanura cerealísticas de Castilla, Andalucía y Extremadura.

ÁMBITO PAISAJÍSTICO

Dehesas, Llanos y penillanuras -secano-.

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

La raza ovina merina en general está vinculada principalmente a las dehesas; de hecho, tradicionalmente, ha sido el ganado que mejor aprovechaba sus múltiples recurso alimenticios. Las zonas adehesadas son unos ecosistemas típicos del suroeste de la península ibérica provenientes del aclarado del bosque mediterráneo para aprovechar leñas y maderas, la producción de los frutos y otras producciones de los árboles que lo conforman, y del pasto y otros recursos forrajeros que crecen en el estrato inferior. Este ecosistema único, debido a numerosos factores (uno de ellos, la desaparición o sustitución del ganado ovino), se acerca a un punto de degradación que puede ser irreversible. Dada su rusticidad, es frecuente verla aprovechando los recursos, no solo de las zonas esteparias abiertas (llanos y penillanuras, vocacionalmente cerealistas, de secano), sino también de zonas de sierras de pequeña y mediana altura, con áreas adehesadas con mayor presencia de matorral.

CAPACIDAD PRODUCTIVA

Tras la crisis de la industria lanar del siglo XX y la orientación de la raza a la producción cárnica, el número de cabezas presente en Extremadura ha pasado de mantenerse relativamente estable a aumentar en las últimas dos décadas, estimándose en torno a los 3 millones de cabezas en 2017. A nivel nacional esta raza es la de mayor importancia numérica. La oveja merina negra, en su faceta como productora de carne está bajo la IGP Corderex.

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

Se explota normalmente en régimen extensivo. Su rusticidad le permite aprovechar todos los recursos de las dehesas y de las sierras adehesadas. Los animales adultos aprovechan los pastos naturales, y únicamente son suplementados con piensos naturales cuando las condiciones de la explotación o climatológicas así lo recomiendan.

En la actualidad, la cría de ovino de merina en general para carne se concreta en corderos de corta edad (60 a 90 días) que son sacrificados con 20-25 kg de peso. La producción lechera que se obtiene de la oveja merina en general, generalmente, es pequeña (0,3 litros diarios), lo cual no quita que sea muy apreciada para la fabricación de queso, frecuentemente artesanal y de alta calidad. Finalmente, la producción de lana se está intentando desarrollar de nuevo puesto que sigue siendo de las lanas de mejor calidad.

Una vez está adquirido el rebaño, los ganaderos suelen seleccionar ellos mismos a los ejemplares reproductores para potenciar las características de la raza. La oveja merina entra en gestación en cualquier época del año. Únicamente se utiliza la inseminación artificial en casos muy especiales. Se emplean otros sistemas basados en programas de selección más novedosos que permiten difundir la mejora a través de fincas de referencia. Tanto los machos como las hembras alcanzan la madurez sexual hacia los ocho meses. Suelen tener 1,5 camadas al año, con 1,2 corderos de media en cada parto.

En los sistemas extensivos característicos de la cría de merina, la producción de residuos derivados directamente de la cría es casi nula. El reciclado de excrementos pasa al suelo en forma de nutrientes de manera natural. En las queserías el suero suele reutilizarse para alimentación animal y, en escasas ocasiones, alimentación humana.

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

La oveja merina negra tiene tres aptitudes: cárnica, muy apreciada por la alta calidad de la carne y su sabor (principalmente el cordero); láctea, dedicada a quesos de alta calidad de diferentes variedades (como Tortas del Casar y Serena); y para lana, en la cual ha destacado sobre la mayor parte de razas de oveja. Del lavado de la lana puede obtenerse, por decantación y filtración, la lanolina, un componente graso de la lana que en la merina cobra especial importancia. Es muy valorada en cosmética natural por sus propiedades humectantes e hidratantes.

La carne es de color rosado, tierna y poco engrasada. Se trata de una carne de excelente textura gracias a la adecuada distribución y calidad de la grasa, como corresponde a una raza rústica; el engrasamiento, principalmente en los machos, alcanza niveles inferiores a los de otras razas. Esta carne está íntimamente vinculada al recetario extremeño, destacando la caldereta de cordero extremeña o frite como principal modo de preparación.

Con respecto a la leche, si bien su alto contenido proteico la hace de una calidad excelente, es muy escasa, puesto que cada oveja produce entre 0,2 y 0,3 litros diarios. Se dedica sobre todo a la elaboración de quesos, mostrando todos una gran calidad.
La distribución de la carne, los quesos y la lana es a nivel nacional, aunque con una clara preponderancia de consumo en las provincias adyacentes, sobre todo en lo que a venta quesera se refiere. En productos transformados muy afamados, como la DOP Torta del Casar o Quesos de la Serena, puede darse una distribución que rebase las fronteras peninsulares.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

La oveja muy probablemente descienda del muflón salvaje de Europa y Asia. Autóctona de la península ibérica, la oveja merina ya existía como raza antes de la dominación romana (oveja de lana fina). Con las características actuales podría remontarse al siglo XII o XIII, antes de la constitución del Concejo de la Mesta (1273), que monopolizó su producción en detrimento de la oveja Manchega, omnipresente hasta entonces. Si bien la oveja negra era la preponderante en los ganados merinos en el siglo XV, a partir de entonces se empezó a seleccionar la blanca, dado que la lana negra no era posible de teñir. La historia de la oveja merina (sea blanca o negra) está íntimamente ligada a la de España y a su economía a través de elementos como la Mesta y la Trashumancia (el movimiento del ganado de latitudes cálidas a más frescas y viceversa buscando alimento fresco), pilares ambos de la edad moderna y contemporánea. Hasta el siglo XVIII no se introdujo su cría en Francia, puesto que el Concejo de la Mesta había protegido bien su monopolio en el mercado textil al ser la lana más cotizada en Europa y América por su calidad. Con el tiempo su cría se extendió por Europa y Asia, y en la actualidad es la raza de oveja más extendida en el mundo, que a lo largo de los siglos ha ido derivando en diferentes variedades locales. Una vez decayó el monopolio de la lana española, comenzó a apreciarse más su aptitud cárnica, pero es en la década de los cincuenta y principios de los sesenta del siglo XX cuando, por razones económicas, se produce un brusco cambio y la lana de la raza Merina pasa a ser una producción secundaria, dando primacía a la producción de carne. Efectivamente, la fuerte caída del precio de la lana, unido al aumento de los gastos de la explotación hicieron inviable, desde un punto de vista de rentabilidad, la explotación del Merino para lana.

Al mismo tiempo se produce un cambio en el sistema de explotación; por una parte, se dulcifica el anterior extensivo puro mediante administración de ayuda complementaria a la obtenida en pastoreo en las épocas de penuria alimenticia y, por otra, los corderos se someten a un régimen de alimentación intensiva en cebadero. Esta mejora de la alimentación aplicada ha acarreado un desarrollo corporal que acerca a la hipermetría a la raza Merina. Para reorientar la raza merina hacia la producción de carne, se realizaron cruces del merino español con razas extranjeras de orientación cárnica que, irónicamente, en su momento fueron originadas a partir de ganado merino español. Todos estos cruces se realizaron sin suficiente planificación, de tal forma que la propia supervivencia de la raza merina española estuvo en peligro. A partir de los años 70, la Administración reacciona, concentra cinco rebaños de merino español puro en el Depósito de Sementales de Ovino situado en Hinojosa del Duque (Córdoba) y, a partir de esta reserva genética y a través del Programa de Selección de la Raza Merina, la raza fue recuperándose y consolidándose.

En cuanto a la evolución de la extracción de los productos de esta raza, se ha producido un proceso de mecanización para todas las actividades relativas a los productos derivados, sea cárnico, láctico o textil. La calidad de todos ellos se ha mantenido en el tiempo a pesar de dicha mecanización. El sistema de cría y las cualidades organolépticas apenas han cambiado, pues la cría sigue siendo en extensivo (sin apenas transhumancia, sin embargo) aunque se complemente más con pienso que antaño, y las características de la carne de cordero siguen siendo excelentes.

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

La oveja Merina en general forma parte del paisaje de dehesa extremeño, y sigue presente como icono de las zonas más ganaderas. Además, sus tres aptitudes y la calidad que desarrolla en cada una de ellas, hace de esta raza un elemento clave para la subsistencia y la economía de muchas familias y empresas desde tiempos históricos, siendo un pilar económico básico de la modernidad española.

Tuvo un papel protagonista y casi exclusivo cuando la trashumancia y la trasterminancia para aprovechamiento de pastos y rastrojeras, así como de cualquier otro tipo de cultivo que puede ser aprovechado a «diente», eran la regla general en el manejo y cría de este ganado. Vinculado a esta actividad, surgió la selección y cría de perros pastores de gran reconocimiento todavía hoy, como el mastín español de trabajo o multitud de razas de perros «careas». Por tanto, dentro del patrimonio material ligado a la raza merina tenemos, no solo lo relacionado con la producción tradicional quesera y textil (lavaderos, maquinaria antigua para el tratamiento de la lana y la confección de prendas, incluso capas antiguas, mantas, alfombras, etc. realizadas con su lana), sino también las red vías pecuarias por sonde el ganado surcaba la Península Ibéricalos, los chozos, zahurdas, etc. y todo tipo de utensilios ligados al pastoreo y al manejo del ganado: abrevaderos, lindes de piedra seca, rediles, cuadras, cencerros, tijeras de esquilar, etc.

RIESGO DE DESAPARICIÓN

No existe, puesto que va en ligero aumento a partir de la puesta en valor de su calidad cárnica, lechera y un repunte en la industria de la lana.