Introducción

El arrope, meloja o aguamiel es un jarabe espeso muy oscuro, casi negro, producido por cocción y concentración de los azúcares presentes, bien en frutas con alto contenido en azúcares (como por ejemplo calabaza, higos, membrillo, melón…), o bien en mieles a las que se le han podido añadir frutas, o directamente a partir de mostos. La textura de la fruta, cuando la lleva, es tierna y jugosa. 

Territorio de producción

ORIGEN

Autóctona

DIFUSIÓN EN EL TERRITORIO

Se elabora en diversas partes de Extremadura, por lo que no está adscrito a un sola zona, así como en otras regiones de España, sobre todo en Murcia, Alicante y Castilla-La Mancha. Además, este dulce cruzó el atlántico, de manera que aparece con diferentes variaciones en algunos países de Sudamérica como Argentina y Chile. 

PARTICULARIDADES DEL ECOSISTEMA

No hay un ecosistema, por tanto, específico para este producto, ya que su producción generalmente se ha vinculado al ámbito doméstico, y hay una gran variabilidad a este respecto dentro de la región: desde municipios insertados en las dehesas, hasta de zonas de estepa, grandes vegas de regadío, o zonas de montaña. Climatológicamente, Extremadura pertenece al tipo mediterráneo continental, con inviernos frescos y normalmente húmedos y con veranos cálidos y secos. En el paisaje extremeño destacan dos ríos principales: el Tajo y el Guadiana, que la atraviesan de este a oeste. En cuanto a cadenas montañosas, las sierras del Sistema Central la limitan por el norte, Sierra Morena por el sur, y luego existen una serie de sierras medias que salpican la geografía de las dos provincias de este a oeste, como estribaciones de los Montes de Toledo, entre las cuales destacan Las Villuercas y la Sierra de San Pedro. 

CAPACIDAD PRODUCTIVA

En la actualidad existen en Extremadura unas cinco empresas que lo elaboran, además de otras conservas vegetales, y lo comercializan, otras sólo lo comercializan. A mediados del siglo pasado, su elaboración para consumo familiar estaba muy extendida, hecho que está en declive y casi desaparición. 

Relación con la comunidad

CÓMO SE PRODUCE

La calabaza se corta en rodajas finas y se meten en agua con cal viva durante 24 horas para que no se deshagan. Después se saca, se seca bien y se reserva. También se cuecen los higos y el resto de fruta que se vaya a añadir en abundante agua que después se cuela para que no haya semillas, y se vuelven a cocer los higos para que su jugo espese más. Se mezcla la calabaza con el resto de frutas reservadas y con el líquido obtenido de la cocción de los higos; si se le añade miel o matalahúva, este sería el momento. Por último, se deja cocer hasta que espese, y se mete en botes de cristal cocidos al baño maría para mejorar su conservación. A nivel familiar, la producción es de autoconsumo, lo que significa que el excedente de la huerta y de los frutales se transforma para obtener el arrope. En el caso de las empresas que lo elaboran y distribuyen, suelen comprar productos de la región que posteriormente transformarán. La miel también es de Extremadura, así como el mosto. 

Existen muchas variantes de este alimento dependiendo de la zona dónde se elabore y los alimentos típicos que allí se den. Por un lado, el aguamiel está adscrito al noreste de Extremadura, y el sirope

se elabora a partir de miel del mismo lugar. Por otro lado, en la zona noreste, el sirope se prepara bien a partir de la reducción de higos secos cocidos, muy típicos en esta parte de la región, o con mosto de uva ya que la zona cuenta con una gran presencia de viñas. La parte más al sur de Extremadura lo elabora también a partir de miel o sólo de higos según gustos. En todos los casos, las frutas que se añaden suelen coincidir, a saber; calabaza, higos secos, membrillo y otras frutas que abunden o sean comunes en el lugar (peras, melones…). 

USOS GASTRONÓMICOS, CONSERVACIÓN Y CONSUMO

El uso del arrope es habitual con las típicas migas extremeñas, además de ser un complemento ideal en dulces, pasteles y tartas, o utilizada como si fuera una mermelada. Su venta se produce en mercados locales, y también por Internet, aunque su consumo está limitado a aquellas personas que aún conocen el producto o que han oído hablar de sus cualidades.

HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL PRODUCTO

El arrope fue uno de los primeros sabores dulces obtenidos por el ser humano, más allá de la miel. El vocablo arrope procede de las voces de origen árabe arrub o rrub, que denomina al jarabe espeso. Desde el siglo VIII, la era de Al-Andalus en la Península Ibérica, el arrope se ha elaborado como postre o como ingrediente para endulzar determinados platos. En la postguerra, su consumo se extendió por su gran aporte calórico en un tiempo en que el azúcar estaba racionado y muchos productos escaseaban. En cuanto a la evolución del producto para autoconsumo, se ha mantenido tanto su forma de producción como las tecnologías asociadas. Sin embargo, en el caso de las empresas que lo comercializan en la actualidad, deben cumplir con la normativa sanitaria y han adecuado la elaboración a las exigencias de aquella, manteniendo los mismos pasos tradicionales para su elaboración. 

TRADICIONES Y PATRIMONIO MATERIAL

Aunque el arrope se consume en cualquier momento del año, es tradición comerlo en torno al Día de Todos los Santos. Antiguamente los arropieros iban por los pueblos y las ciudades anunciándose con un carro: “arrope y calabazate”. Hoy se encuentra en tiendas y puestos de venta callejera en las distintas poblaciones. En cuanto al patrimonio material, aún se conservan en muchas poblaciones los utensilios necesarios para la elaboración de esta sabrosa conserva, a saber: calderos de cobre que han ido pasando de generación en generación, las espátulas, las espumaderas de hierro e incluso los cuchillos. 

RIESGO DE DESAPARICIÓN

Su consumo va en retroceso, a la vez que va en aumento la presencia en el mercado de productos azucarados mucho menos saludables con aditivos artificiales que los hacen más atractivos.